Trastornos 
      circulatorios

Antes de abordar cómo mejorar la circulación, es importante entender por qué se deteriora. Las venas pierden su tonicidad debido a que las paredes se vuelven más delgadas y débiles. Esta disminución en el grosor de las paredes venosas reduce su capacidad de contracción, lo que a su vez provoca la atrofia de las válvulas internas, resultando en la retención de sangre y la formación de várices. 

En la medicina tradicional china, varios órganos desempeñan un papel en la producción de sangre. El Bazo participa en la generación de sangre y tiene la función de mantenerla dentro de los vasos sanguíneos, evitando su extravasación y hemorragia. El sistema circulatorio está influenciado por el movimiento del fuego del corazón, el cual tiene un gran impacto en la circulación sanguínea, tanto arterial como venosa, siendo el órgano más importante en el control de la presión arterial. El hígado, por su parte, conserva la sangre, evitando su extravasación de los vasos, y actúa como reservorio de la sangre cuando no está circulando por el cuerpo. El riñón, como hemos visto, desempeña un papel en la formación de la médula y, por ende, en la producción de sangre. Se observan tres tipos de patologías relacionadas con la sangre:

1. La primera implica la pérdida de elasticidad y fuerza en los vasos sanguíneos. En este caso, el bazo y el hígado son los órganos principales a tratar, y en menor medida, el corazón.
2. La segunda engloba todas las patologías relacionadas con la presión sanguínea, ya sea hipertensión o hipotensión arterial. Aquí, el órgano principal a tratar sería el corazón, seguido por el hígado y, en menor medida, el bazo.
3. La tercera patología está relacionada con la calidad de la sangre, como la anemia, la falta de plaquetas y la mala coagulación. En este caso, el riñón sería el órgano más importante en el tratamiento.

La acupuntura y diversas plantas son herramientas útiles para combatir los problemas circulatorios. Por ejemplo, para la hipertensión se pueden utilizar el olivo, el ajo, el espino blanco y los omega-3. En el caso de la hipotensión, el romero, el regaliz, la coenzima Q10, el café y el jengibre son útiles. Para las varices, las uvas, el aceite esencial de limón y pachulí, el rusco, los bioflavonoides y el ciprés son buenos complementos. En el caso de la insuficiencia cardíaca, la coenzima Q10 ha demostrado dar buenos resultados.